Mi nombre es Francisco Sánchez Cuéllar, antiguo alumno del colegio perteneciente a la promoción del 2015. Aún recuerdo cuando el alumni del colegio venía a contarnos sus experiencias y lo lejos que veía yo ese momento… Sin embargo, aquí estoy yo hoy, casi cinco años después, recordando con nostalgia y alegría todos los buenos y numerosos momentos que he vivido en Laude El Altillo School.
Empecé en el colegio en primero de la ESO, con el miedo habitual de todo aquel que empieza una nueva etapa en un sitio distinto (¡quién me iba a decir a mí que luego viviría en tres ciudades distintas durante la Universidad!). Sin embargo, puedo decir que ha sido una de las mejores etapas de mi vida. Dado que pasábamos allí casi ocho o nueve horas diarias, el colegio también era mi casa para mí. Los lazos con los amigos del colegio siempre se van a mantener fuertes, nos veamos más o menos. Por todo esto, El Altillo me ha hecho ser un alumno preparado y con conocimientos suficientes, sobre todo en idiomas. Sin embargo, cuando miro con perspectiva mi etapa en El Altillo, creo que en lo que más me ha ayudado el colegio es en el yo como persona. Ha despertado en mí el deseo de mejorar y ser ambicioso, conociendo siempre mis fortalezas, mis debilidades, mis talentos… Todo ello para ser una mejor persona que tiene el servir a los demás como meta y sentido único. Este es el verdadero valor añadido que marca la diferencia y que hace de un alumno del colegio alguien distinto y con unas inquietudes que lo hacen destacar. Esto es fruto del potente capital humano que hay en el colegio: desde profesores hasta administración, mantenimiento, cocineros… Todos ellos crean el clima perfecto para el desarrollo tanto académico como sobre todo personal del alumno. El Altillo tiene esa chispa de querer cambiar el mundo.
Cuando me gradué, decidí iniciar mis estudios de ADE y Derecho en la Universidad Loyola Andalucía pues me apasionaba uno de sus programas: el Dual Business Degree. Este programa, que también ha cursado Julia Infante, antigua alumna del colegio, se basa en dos estancias en el extranjero: un semestre en Roma y un año entero en Chicago. Este proyecto nace de la colaboración con Loyola University Chicago y permite a sus alumnos obtener no solo el grado de ADE en la Unión Europea sino también el Bachelor in Business en Estados Unidos. Desde el plano académico, la oferta es increíble, pero es que en el plano personal lo es aún más. Vivir estos dos periodos en ciudades tan distintas me ha hecho conocerme mucho más a mí mismo, así como aumentar mi red de contactos y nutrirme de la cultura de países tan diversos como Italia y Estados Unidos. Probablemente si en el colegio no me hubieran potenciado esa ambición y esos dones que tenía, jamás me habría planteado vivir una experiencia así. Ni que decir tiene que sin el nivel de idiomas con el que entré en la Universidad esto no hubiera sido posible.
Además, si el colegio destaca por algo es por hacer ver a sus alumnos que lo académico es importante, pero no es lo único. Hay millones de cosas que también hay que hacer durante esta etapa y era entonces cuando aparecían todos los clubs: ecoschool, Heads, el periódico del colegio, el voluntariado… Esto ha hecho que durante mi etapa universitaria siguiera esa misma línea y siempre buscara algo más que lo académico. Por ello, sigo haciendo voluntariado, colaboro con el Club de Bolsa de la Universidad e incluso soy miembro de la Junta Directiva Global de Alpha Sigma Nu, la sociedad de honores de las Universidades Jesuitas, liderando 32 Delegaciones con más de 82,000 miembros en activo en todo el mundo.
Por lo tanto, escribiendo este artículo me he dado aún más cuenta de que el colegio tiene mucho que decir en la persona que soy hoy en día, lo que me hace estar eternamente agradecido a todos aquellos que contribuyeron. Es por esto, que a todos los alumnos que actualmente estáis en el colegio os pido que no dejéis de aprovechar la oportunidad que tenéis ante vosotros. Exprimir todas las actividades que os propongan y tened inquietudes por proponer otras porque estoy seguro de que el colegio siempre va a estar de vuestro lado para llevarlas a cabo. Son todas esas cosas, además de lo académico, lo que os hará ser mejores alumnos y, sobre todo, mejores personas para los demás. ¡Ánimo y a por todas porque tenéis a vuestro alcance lo que os propongáis!